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¿Hasta cuándo?
Rebeca Sánchez, concejala de Igualdad
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¿Acaso no son suficientes 49 mujeres? ¿Acaso no son suficientes asesinatos? ¿Acaso no nos importan las vidas de las mujeres que no podrán disfrutar ya de un mañana? ¿Acaso no es el momento de decir “basta” a la violencia contra las mujeres? ¿Acaso no es el momento de superar las diferencias partidistas y populistas para tomar partido y erradicar de una vez por todas esta lacra?
Si no es ahora, ¿hasta cuándo? |
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¿Hasta cuándo nos conformaremos con mirar un contador que nunca está a cero? Porque, en las negras estadísticas de la violencia contra las mujeres, no hay jamás un respiro…
La violencia -o las diferentes violencias- que se ejercen contras las mujeres, contra sus hijos y sus hijas, está ahogando a una sociedad que no parece reaccionar de forma definitiva para acabar con lo que es ya, a todas luces, algo más que “un problema estructural” o un “problema de Estado”.
Aunque haya quienes nieguen la realidad, lo único cierto es que, en 2022, a 49 mujeres les asestaron un golpe mortal. Y podemos llamarlo como queramos llamarlo, pero, desgraciadamente, tiene un nombre: violencia machista. Violencia vicaria. Violencia sexual… Terrorismo contra las mujeres, hay quienes empiezan (o empezamos) a considerarlo.
Si 49 no es un número que nos permita abordar la violencia contra las mujeres como “terrorismo”, ¿hasta cuándo?
¿Hasta cuándo se seguirá haciendo caso omiso a que la violencia contra las mujeres no es solo un problema de las mujeres? Porque, miren. Nos están matando. Nos están asesinando. A nosotras y a nuestros descendientes. Nos están maltratando. Nos están acosando. Violando. Forzando. Vilipendiando. Humillando…
¿Por qué? Porque nos han cosificado. Porque, en muchos casos, el sistema nos ha degradado como un objeto de deseo cualquiera. Como un trofeo.
Como un dato más de una estadística cualquiera. Pero no somos números. Somos personas. Somos las víctimas. Y ellos, quienes maltratan y asesinan, son nuestros verdugos. Nuestros agresores.
Y no. No escribo de todos los hombres. No escribo de los hombres. Mi denuncia no es contra los hombres por el mero hecho de ser hombres. Mi clamor es contra los asesinos. Y contra sus cómplices.
Contra los agresores. Contra los maltratadores. Contra quienes atentan contra la sociedad y la dignidad social. Y contra la moral. Y contra la ética. Y contra la sociedad. Y contra la ley. Ellos son los culpables. No las mujeres maltratadas. No las mujeres asesinadas. No. Ellos. No los hombres, sino los asesinos.
¿Hasta cuándo?
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